LOS DEL INTERIOR, RECÓNDITO, PROFUNDO, LEJANO Y DE PROVINCIAS.

Por: Pedro Gonzales

Desde que tuvimos uso de razón (década del 70), siempre estaban en nuestros oídos algunas frases muy usuales en el lenguaje peruano, al menos en los comunicadores. Un viejo receptor de radio emisora (nueva en ese entonces) o, mejor, un radio transistor donde podíamos sintonizar y escuchar a Radio El Sol, Radio América, Radio La Crónica, Radio Unión, entre otras, que las frecuencias de onda corta y la onda media permitían captarlos y poder escuchar en ellos, aquellas frases.

Recuerdo claramente que Radio Unión, cada madrugada, presentaba el programa Tierra Fecunda, dirigido al “hombre del campo”, propalando sus costumbres, sus tradiciones, sus quehaceres en el campo, su música principalmente.

Radio Unión, con su onda media o quizás su onda corta internacional, y otras emisoras, que transmitían desde “la capital”, manejaban un lenguaje locutoril con una mirada “desde Lima” hacia los “pueblos del interior del país”, a “lo más recóndito del Perú”, al “Perú profundo”, a “los pueblos más lejanos del Perú”, hacia “provincias”.

Era, precisamente, Tierra Fecunda[1] -quizás por la naturaleza libretista del programa-, que tenía una orientación claramente definida respecto de su lenguaje hacia su público oyente objetivo. El programa tenía como soporte, para su permanencia por muchos años en el aire, al “hombre del campo” de la sierra y al “nativo” de la selva peruana. ¿Acaso no había campesinos en ese entonces en la costa?, ¿o es que solo los serranos y selváticos tenían que ser los campesinos?

Fotografía: http://www.gob.pe

Era muy diferente el lenguaje que tenían los locutores de Radio Libertad y Radio Chinchaycocha (Junín), Radio Atlántida (Iquitos), Radio Tropical (Tarapoto), Radio Ribereña (Aucayacu), Radio Oriente (Yurimaguas) y Radio Ondas del Huallaga (Huánuco). Un lenguaje naturalmente original, con una mirada regional, máxime si algunos medios radiales de Lima tenían una programación local y otra para todo el país.

Desde esta perspectiva, claramente, se puede diferenciar un lenguaje eminentemente regional y otro centralista; este último manifiesta en los 70 y 80, hasta el presente siglo, una de las formas del centralismo “limeño” o “peruano”; sin duda, un hecho “histórico” que permite afirmar que, el centralismo peruano profundiza las desigualdades económico-sociales y las disparidades poblacionales, urbanas, territoriales y de lenguaje.

Este fenómeno, naturalmente, merece un análisis más profundo desde el punto de vista sociológico, económico, político y literario, tarea que quisiéramos que los especialistas se ocupen para una mejor ilustración.

De pronto solo señalaremos, a manera de pregunta: Lima, por ser la capital de la república peruana, por su costera ubicación geográfica, por su gran influencia europea desde la etapa colonial, virreinal y quizás por el establecimiento del criollismo, sin soslayar su arraigado poder político y económico, ¿permite a los nativos que ahí se encuentran asentados o a los que ahí llegaron, tener esa mirada desde “la capital” o “desde Lima” para hacer un uso constante de frases, casi, por no decir despectivas, como “los pueblos del interior del país”,  “de lo más recóndito del Perú”, “gente del Perú profundo”, “las poblaciones o pueblos más lejanos del Perú”, “gente de provincia” o “provincianos” o como cuando el libreto de Tierra Fecunda mencionaba “hombre del campo” pensando en el “serrano” y el “nativo” de la selva peruana, olvidándose que hay campesinos en la costa? 

Si desde Lima vemos pueblos del interior del país, ¿acaso Lima se encuentra en el exterior del Perú?, ¿si existen pueblos en lo más recóndito del Perú, acaso Lima no se encuentra en lo más recóndito del Perú con relación a algún poblado de alguna provincia de Tacna?, ¿si existen pueblos o ciudadanos del Perú profundo, acaso los pueblos o los ciudadanos de Lima se encuentran en la superficie?, ¿si existen ciudadanos de provincia, acaso Lima no se encuentra divido o establecido como departamento o provincia desde el punto de vista geopolítico?, ¿existe alguna diferencia establecida entre un poblador de alguna provincia de un determinado departamento del país con relación al poblador que habita en la provincia de Lima?      Las frases siguen incrementándose inclusive con definiciones de la DRAE en el lenguaje centralista como la gente de a pie[2]frase muy usada por sociólogos, economistas, periodistas, analistas políticos que habitan en la provincia de Lima, el cholo, el serrano, el charapa, etc. Esto, al margen de las ideologías políticas, se percibió y escuchó con mucha frecuencia en el transcurso de la última campaña electoral en el Perú entre los candidatos y electores de Lima, incluso, en este mismo momento, entre los no elegidos de este gigantesco asentamiento humano que tiene la categoría de provincia.


[1] Centro Peruano de Estudios Sociales – CEPES. Durante más de dos décadas el CEPES ha ido formando un rico archivo musical de música peruana, principalmente andina, que hoy, forma parte del Archivo Audiovisual de Música Tradicional y Popular del IDE.

[2] Martha Hildebrandt: Según la última edición del DRAE (2014) la locución adjetiva de a pie se registra con la antigua acepción de “Dicho de un soldado, de un guardia, de un montero, etc.: Que no van a caballo para su cometido” y otra más moderna: “Dicho de una persona: Normal y corriente”. Este último uso es el que se aplica en la expresión ciudadano de a pie, que no tiene carga peyorativa, pero parece hacer una comparación con los “ciudadanos de automóvil”, que son igualmente ciudadanos de a pie.